martes, 5 de enero de 2010

COMUNICADO CONJUNTO SECRETARIADO DE MIGRACIONES Y DE PASTORAL OBRERA

COMUNICADO ANTE LAS DECLARACIONES DE LA SRA. DELEGADA DEL GOBIERNO DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA EN JAÉN ACERCA DEL CIERRE FUTURO DE LOS ALBERGUES TEMPOREROS DE LA CAMPAÑA DE ACEITUNA.

El Secretariado Episcopal de Migraciones y el Secretariado Episcopal de Pastoral Obrera de la Diócesis de Jaén quieren manifestar su honda preocupación ante las declaraciones que ha realizado la representante del gobierno de la Junta de Andalucía en nuestra provincia con respecto al futuro cierre de la red de albergues y su opinión sobre las personas inmigrantes que duermen en la calle tras su estancia de tres días en los mismos. Desde esta parte de la Iglesia Diocesana que tiene la encomienda episcopal de evangelizar el mundo del trabajo y desde la experiencia en acompañar las vidas itinerantes de los trabajadores inmigrantes de los movimientos y los militantes que la componen, vemos:

Que existe una situación inhumana e injusta de los trabajadores inmigrantes que vienen a trabajar a nuestra tierra y que en época de vacas gordas son necesarios y en época de crisis, como la actual, son objeto de rechazo y recelo. La red de albergues se creó desde la iniciativa institucional, no empresarial, para dar respuesta a la mano de obra que éstos necesitaban, ya que la demanda no era suficientemente atendida por los trabajadores autóctonos que rechazaban estas labores y además se crea como reclamo a los trabajadores extranjeros. Ahora que la situación ha cambiado y no se requiere mano de obra inmigrante a pesar de que ellos sí necesitan los albergues, se plantea su cierre.

La situación de las personas inmigrantes se agrava con unas leyes que impiden su integración social y laboral y que los coloca en la ilegalidad y desprotección, en muchos casos a merced de empresarios sin escrúpulos que los someten a condiciones de trabajo de semiesclavitud o a aceptar condiciones de vida y trabajo inhumanas. Por otro lado, observamos que las decisiones que se toman en materia de inmigración están de espaldas a las necesidades reales de los inmigrantes. Además vemos indiferencia institucional, falta de planificación y de recursos destinados a tal fin, ya que no es una prioridad política la atención social a estos trabajadores.

Juzgamos a la luz del Evangelio y teniendo en cuenta los criterios de actuación política que emanan de la doctrina social de la Iglesia que:

1.- La dignidad de la persona está por encima de la racionalidad económica y la planificación. Un sistema organizativo que no tenga en el centro a la persona y que no asuma la responsabilidad ante las víctimas es un sistema deshumanizado e injusto.

2.- La opción por los más pobres es la opción política que puede humanizar nuestra cultura. Necesitamos que a la Política con mayúsculas le quiten el sueño las víctimas de este sistema para que les generen sueños de futuro.

3.- La sociedad civil organizada frente el Estado tiene que actuar siguiendo la verdad que surge de la misma con rotundidad y es la siguiente: Si en la vida de los ciudadanos, de los barrios, de las organizaciones sociales, sindicales, políticas o eclesiales no dejamos que el sufrimiento de estos hermanos nuestros hable con elocuencia nuestra verdad será todo lo racional que queramos pero no será justa y al no serla no será humana y menos aún cristiana. De hecho hemos podido constatar una respuesta civil solidaria tanto individual como organizada, pero hemos echado de menos que esto se correspondiera, de igual manera, por parte de las instituciones públicas.

La vocación política debe estar ligada al servicio de los pobres y estas declaraciones ahondan en un desprestigio de la misma, ya que asistimos a la gran tragedia de tener la capacidad de inventar, descubrir y construir realidades nuevas y al mismo tiempo, ser incapaces de poner justicia en ellas; colaborando además en generar actitudes insolidarias e intolerantes que se acentúan en épocas de dificultad económica y paro.

Ante esta situación y ante las declaraciones vertidas por la señora delegada en un medio de comunicación el domingo día 27 de diciembre, los abajo firmantes nos comprometemos a seguir acompañando la precariedad de estas vidas y a denunciar en nuestros barrios, ambientes, familia, trabajo, los sindicatos, partidos, asociaciones de vecinos…lo que no funciona y lo que de verdad ha empeorado de la recientemente aprobada ley de extranjería de la que el tiempo dirá hasta donde llegan los efectos positivos de los que se habla y, anunciando la necesidad de políticas y medidas de integración social y laboral de los inmigrantes.

Jesús Castro. Director del Secretariado Episcopal de Migraciones

Francisco Cruz. Director del Secretariado Episcopal de Pastoral Obrera.

Diócesis de Jaén.

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